«Y El mismo dio unos, ciertamente apóstoles; y otros, profetas; y otros, evangelistas; y otros, pastores y doctores; para perfección de los santos, para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo; hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la edad de la plenitud de Cristo». Efe.4:11-13.

Tenemos que crecer en Cristo porque todavía no hemos llegado todos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios. Todavía no hemos llegado todos a la perfección. Aún los santos se perfeccionan, permanece la obra del ministerio y se sigue edificando el cuerpo de Cristo; por tanto, el Señor tiene todavía en su iglesia apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y doctores o maestros.
El cuerpo de Cristo, su iglesia, continúa edificándose mientras se le estén añadiendo piedras, que somos los creyentes.

«Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la princial piedra del ángulo Jesucristo mismo.» Efe.2:20.

«Moisés a la verdad fue fiel sobre toda su casa, como siervo, para testificar lo que habría de decir; mas Cristo como Hijo, sobre su casa; la cual casa somos nosotros, si hasta el cabo retuviéremos firme la confianza y la gloria de la esperanza.» Heb.3:5, 6.

«Vosotros también, como piedras vivas, sed edificados una casa espiritual, y un sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales, agradables a Dios por Jesucristo.» 1Ped.2:5.

Ev. B. Luis, Cienfuegos, 1964