Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

RAZONAMIENTO

COMPARACION:
Al notar los muchos defectos de carácter de mis semejantes, y saber que ellos mismos casi no se dan cuenta de que tienen tales defectos, me asalta la falta de confianza en mis méritos y me pongo a discurrir de esta manera:
Si las imperfecciones de otros son reales, y ellos mismos no las reconocen, aun siendo sinceros, yo, aunque sinceramente no me dé cuenta de las mías, debo sospechar que las tengo también.
Si las imperfecciones de otros no son más que en mi imaginación, las mías, aun no siendo reales, pueden serlo también en la imaginación de los demás.

PREGUNTAS:
¿Son los demás como yo los veo? ¿Soy yo como me ven los demás? ¿Soy, siquiera, como yo mismo creo ser? ¿Quién es el bueno? ¿Quién es el malo?

RECONOCIMIENTO:
Mi apreciación puede ser tan falible como la de otro cualquiera, y ante esta incertidumbre me siento cada vez más seguro de la incapacidad del hombre para juzgar al hombre. Ahora reconozco mejor por qué el apóstol Daddy John repetía muchas veces que “hay tanto bien en los más malos de nosotros, y hay tanto mal en los más buenos de nosotros, que apenas conviene que alguno de nosotros hable mal del resto de nosotros».

SUPLICA:
Señor, ya que todos los hombres estamos envueltos en imperfecciones (sean ciertas o imaginarias), yo me acojo a tu Palabra: “La caridad cubrirá multitud de pecados”. 1Ped.4:8 y Prov.10:12.
¡Oh, Dios mío! Llénanos de tu amor perfecto. Haznos, Señor, capaces de tolerar más; haznos capaces de perdonar setenta veces siete; y a la vez, Señor, no te olvides de perdonarnos tú también.

Ob. B. Luis, P. Baracoa, Septiembre de 1978