Header image
Página de Inicio Mis Escritos

Colección de El Mensajero

Epistolario Mensajes en Audio Biografía
   
 
 

REFLEXION

Es necesario recibir el bautismo del Espíritu Santo para entrar en el reino de Dios.

«Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios». Jn.3:5.
«...y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de El.» Rom.8:9.

Dios no derrama su Espíritu sobre siervos ajenos, sino sobre sus propios siervos.

«Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu y profetizarán.» Hech.2:18.

Se es siervo de aquel a quien se sirve, así que es siervo de Dios sólo el que sirve (obedece) a Dios.

«¿No sabéis que a quien os prestáis vosotros mismos por siervos para obedecerle, sois siervos de aquel a quien obedecéis...?» Rom.6:16.

El Señor demanda de aquel que le sirve que le siga.

«Si alguno me sirve, sígame: y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, mi padre le honrará.» Jn.12:26.

El que no sigue a Cristo no puede ser su discípulo («me sigue» es igual a «viene en pos de mi»).

«Y cualquiera que no trae su cruz, y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo.» Luc.14:27.

El discípulo de Cristo debe renunciar a todas las cosas que posee.

«Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todas las cosas que posee, no puede ser mi discípulo.» Luc.14:33.

Dicho de otro modo:
Si usted no renuncia a todas las cosas* que posee, no puede ser un discípulo de Cristo.
Si usted no es un discípulo de Cristo, es que no está siguiendo en pos de El.
Si usted no está siguiendo a Cristo, no le está ofreciendo un servicio completo.
En la misma medida en que Dios está recibiendo su servicio, es que usted es un siervo de Dios.
Si usted no es un siervo de Dios, no hay seguridad de que Dios derrama sobre usted de su Espíritu.
Si Dios no derrama su Espíritu en usted, usted no podrá entrar en el reino de Dios.

Ev. B. Luis, Cienfuegos, 1964

 

* Cosas: Lo que se puede poseer. Objetos. Bienes materiales.

El trabajo no es una «cosa» a la que necesariamente tenga que renunciar un discípulo de Cristo, pues hay oficios o trabajos honrados que son compatibles con la predicación del evangelio, y que un discípulo puede desempeñar, no con el propósito de poder llegar a poseer muchas cosas, sino con la única intención de suplir sus necesidades económicas básicas, así como las de su familia y la iglesia.